Tuesday, August 28, 2007

Sebastián

Cuando Sebastián era un joven, vivía en San Miguel o como es conocido mejor, Debajo de la Loma, el suburbia de los muertos en nuestra capital. Debo poner de relieve sin embargo, cuando yo digo no lo digo "vivía" porque de la costumbre, no. Como todos sabemos que nadie no viven en este lugar por decirlo así, solo los muertos andan los calles. Pues excepto Sebastián quien fue todavía en la flor de la vida.

El mundo de los muertos no es tan diferente que el mundo de los vivos. Trabajan y pagan los impuestos como nosotros que respirar. Sebastián trabajaba allí y aún jugaba en un equipo de futbol. Él fue trabajando en una empresa de contabilidad en el norte de Debajo de la Loma. Le gustaba allí aunque no estaba seguro de que quería trabajar por el resto de su vida. Le gustaba su jefe y sus colegas, y el trabajo le pagaba suficiente, con horas que podría dedicarse a las interés afuera su empleo.

Sin embargo los padres de Sebastián no le parecían con sus elecciónes. Le llamaron una noche expresar sus sensaciones exactamente, pues más o menos.
–¿Es esa chica tuyo? ¿Qué se llama?– Su madre preguntó, aunque lo conocía.
–Alejandra mamá.
–Sí Sí, eso es. ¿Le cohabitas con ella todavía?– A la madre de Sebastián el olvido fue una arma retórica.
–Sí mamá, todavía vivimos juntos.
–¿Comó puedes decir "vivimos" cuando ella no tiene un latido de corazón?– Su madre dijo por lo bajo.
–¡Mamá!– Sebastián suplicó. Entonces para Sebastián conversación con su madre hubo llegado a ser así.

Hace un año Sebastián conoció Alejandra. En aquella tiempo no sabía que Alejandra ha muerto, no. El primer tiempo clavó los ojos en ella fue en lugar que se llama El Cuervo Cabido, un bar pequeño que jugaba el jazz para los aficianados. Ya sabemos que haya unos días del año cuando los muertos estan permidado caminar con los vivos. Generalmente guardan las distancías, pues excepto cuando deben realizar sus ritos ancestrales pero eso es una vez al año. No importa, para Sebastián estuvo el amor a primera vista, pensó que hubo mirado una angel y se le acercó al lado y trabó una conversación.

Sebastián fue tratando de callarse porque Alejandra estuvo en el cuarto siguiente.
–Mamá, por favor. No quiero discutir contigo.– Él dijo en voz baja, oyendo un supiro desde su madre.
–Hable con tu padre.– Dijo bruscamente. –Aquí Jorge, hable con tu hijo.
–Hola Seb ¿comó estas?
–Hola papá, estoy bien, ¿y tu? ¿Comó va el barco? El padre de Sebastián construía los barcos modelos escalas. Estaba construyendo un galeón español. Fue el gran amor de él y Sebastián sospechó a veces que su padre lo enamoraba más que su madre.
–Va lentamente pero es mejor tener cuidado que romperlo.

Sebastián podría escuchar su madre en el fondo.
–¡Digale! Digale nuestro hijo que el sobrino de Luisa me preguntó el otro día si él fue un necrofilo. Me da vergüenza pensar lo que le digan de él. ¡Me moriré de vergüenza!
Su padre sonaba cansado. –Tu madre me pedió....
–Yo le oí.– Sebastián dijo bruscamente.
Después hubo un momento de silencio en cual Sebastián pensó que oiga un ruido, un zumbido, talvez hubo alguna humidad en la linea.
–Digale adiós a mamá y quedate bien papá.
–También Seb. Hasta luego.– Después colegó el teléfono.

No comments: